viernes, 25 de mayo de 2012

Pelea de amantes

- Déjame marchar - le exigí con la poca firmeza que me quedaba.
- ¿Por qué? - preguntó ella con esa voz sensual que sólo yo podía escuchar -, con lo a gusto que estás conmigo...
- El deber me llama - le insistí, intentando separarme de su suave abrazo.
- Si no tienes nada que hacer - farfulló ella, acertando de lleno en mi punto débil.


Así es cómo ganó la cama.



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