domingo, 17 de enero de 2016

Cobardía

Mi corazón late desesperadamente. Siento que el tiempo se ha congelado, pero curiosamente, mi corazón sigue bombeando sangre a toda pastilla. La razón es muy simple: lo tengo delante, observándome con esa cara de idiota con la que me mira cuando no me entiende. Y sin embargo, adoro esa expresión de estúpido que le deja.

Tengo ganas de suspirar, pero mi cuerpo no reacciona. Es como si ese rostro tuviera el mismo efecto que un botón de Pause y todo mi ser reaccionara ante ello. El aire queda atrapado en mis pulmones, queriendo salir, como esas palabras que se quedan aturulladas en mi garganta. Marcadas a fuego lento en mi mente y en mi corazón, con su nombre, pero que son incapaces de pronunciarse en voz alta. Tantas veces soñado el momento de escupirlas, pero incapaz de encontrar el momento propicio en el que dar el paso.

Cobarde como yo sola, sigo sintiéndome emocionada por esa sonrisa que me maravilla, me hace sentirme feliz, y tan especial, aunque nunca sabré si ese sentimiento es mutuo. No, hasta que finalmente levante las cartas de esta partida cuyo desenlace soy incapaz de predecir. ¿Algún día lanzaré mi apuesta y me arriesgaré a escuchar el veredicto?

Cobarde como yo sola, sigo en silencio, atontada por él y por ese rostro de idiota. Tan tonta, tan estúpida…

Tan enamorada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario